Orrialde:El imposible vencido (1853).pdf/16

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amazonas guipuzcoanas que supieron manejar las armas, jugar el acero y defender la brecha, muriendo y matando con horrible estrago de sus enemigos. Si paso de la tierra al mar, aqui es donde aun mas gloriosamente sobresale el valor guipuzcoano, aqui su corazon imperturbable, aqui su maravillosa destreza y arte, admirada de todos los estrangeros. Guipuzcoanos fueron los que, atravesando por tempestad los mares, dieron noticia al argonauta Colon de nuevos mundos y tierras que habian descubierto. Guipuzcoano fué el primero que ejecutó la mayor hazaña de dar vuelta á todo el mundo con su nave Victoria. Guipuzcoanos son los que en una despreciable lancha atraviesan las inmensas ondas del Océano y llegan á Cádiz con estupor de cuantos lo ven. Los que hoy se precian de señores del mar no temen otra cosa mas que la aspa borgoñona en la bandera de GUIPUZCOA; por que esa no sabe rendirse, siempre acomete, intenta siempre el abordo, y logrado consigue siempre el triunfo. Confesó el inglés y holandés que era invencible la capitana de España con el grande Oquendo, aquel que supo descalabrar con solo su navio las armadas combinadas de uno y otro enemigo, y aprendieron en su mismo escarmiento lo que era ser almirante un guipuzcoano. Ya no me admira lo que yo mismo oí con gusto á varios oficiales del regimiento de Naciones, hallándose en GUIPUZCOA, y es que no tenian envidia de otra nacion, mas que de aquel ángulo montuoso de España; porque estos montes (y aplicaban á GUIPUZCOA lo que Pacato dijo de España en el Panegírico de Teodosio) estos montes han producido y producen tantos soldados, tantos capitanes, tantos hombres sábios, jueces, consejeros, ministros de Reyes, por que no solo en las lides de Marte y campañas de Neptuno, mas tambien en las de Minerva ha sido felicísima GUIPUZCOA.
No hay colegio mayor en España donde no se hayan visto sobresalir de sus nacionales sujetos eminentes. De estas insignes oficinas de sabiduria y gobierno han salido con frecuencia á las cátedras que han regentado con ingenio y magisterio escelente á las togas que ilustraron con rectitud y prudencia consumada, á las mitras que han consagrado con su insigne virtud y santidad. Esta voz última es la que me presenta la mayor gloria de GUIPUZCOA. No solo en la tierra, no solo en el mar, mas tambien en el cielo es la provincia mas sobresaliente, porque es hijo suyo, y guipuzcoano, el grande S. Ignacio de Loyola, su patrono. A GUIPUZCOA debe el mundo este atlante de la iglesia, que mantuvo y mantiene en sus hombros tanto cielo esmaltado de astros A GUIPUZCOA debe el mundo este Hércules de la gracia que cortó sus cabezas á la hydra del Averno y convirtió el mismo mundo en un amenisimo paraiso de virtudes. A GUIPUZCOA debe el mundo la conversion de nuevos mundos en el Oriente y Occidente. A GUIPUZCOA debe el cielo tantos mártires y señaladísimos confesores, que bebieron del espíritu de Ignacio, porque es de GUIPUZCOA Ignacio. Pero esto baste haberlo acordado, que el ponderarlo es asunto de plumas querúbicas. Entre tantos y tan gloriosos timbres, hace á mi entender admirable labor la generosidad con que V.S.I. costea y manda dar á la luz pública este Arte de su anciana y primorosa lengua. Con esto muestra V.S.I. que su generosa providencia no omite rayo alguno que pueda entrar en la